Mucho tiempo...

Ha pasado mucho tiempo desde que escribí la última vez, por falta de tiempo, desánimo y palabras. Hoy me dan ganas de escribir de nuevo compartiendo con ustedes una vez más.

Mi niño ha cumplido un año... ¿lo pueden creer?... pasó ya un año y hoy mi niño lleva su pelito larguito, se para solo, da besos y exige tomar solo su cuchara para comer... ¡cómo ha pasado el tiempo! Todavía recuerdo mi embarazo, mis largas noches a su lado y mi miedo a fallar con mi princesa... aún recuerdo las dificultades en la adaptación al transformarnos en una familia de cuatro...

Mi niño es el pretexto para recordar lo rápido que se nos va el tiempo, para sanar y para crecer.... Afortunadamente rápido para algunas cosas y lamentablemente rápido para otras...

Cuenta la leyenda...

que la Oración realmente hace la diferencia... alguna vez me encontré con los resultados de un trabajo que comprobaba que entre un par de grupos de enfermos, aquel por el cual se rezaba, mostraba una mejoría considerable frente a aquel por el que no se rezaba ni un Ave María.

Hoy desafortunadamente no recuerdo más datos de ese resultado que me impresionó, sin embargo es para mi el momento de orar, rezar, pedir y agradecer por aquellos que necesitan superar un momento difícil de salud: por mi padre, por el esposo de una de mis mejores amigas y por otra de ellas a punto de dar a luz...

Me uno a todos aquellos que también lo hacen desde el lugar y la creencia que prefieran, los acompaño y envío mi mejor intención por la salud y el bienestar de los que amo... Que se llenen de amor, que estén bien, que vivan en paz y tranquilos y que sean felices... Amén.

Sobre la incertidumbre...

Vaya sensación... ¿o sentimiento?... ¿o las dos cosas?... ya me daría una cátedra sobre esto nuestro querido Investigador Amigo en la Incertidumbre...  La cosa es que después de trabajar mucho -muchísimo- en un proyecto, me siento como al principio... no sé si va a funcionar, no sé si tendré que hacer mucho más, o si lo trabajado ha valido la pena... 

Lo que bien es cierto, es que este sentimiento me mantiene con el "motor encendido" como esperando el momento en que me digan: ¡arranquen! y poder así continuar poniendo mi energía en algo que me involucra de una manera muy personal y apasionada... Ya veremos, ojalá que la ley del equilibrio y la justicia esté de mi parte para no sentirme tan desanimada... 

Ya veremos, ya veremos...

El corazón jala hacia dos lados...

... y así es, ¡tal cual!

Hoy estuve en Condesa encontrándome con gente que quiero muchísimo, con la nostalgia de volver a los lugares que antes eran mi día a día por horas... haciéndome muchas preguntas sobre regresar: ¿cuándo?, ¿cómo? y ¿mis niños? ¿me necesitan? ¿los necesito?... ¿quién me los cuida? ¿a qué hora?¿cómo me organizo? ¿debo hacerlo? ¿quiero?...

Me doy cuenta que siempre estaré jalada hacia dos lados: mis hijos, ser una mamá entregada y calmada, sumergida en mi maternidad o mi vida profesional que disfruto tanto, dando a otros y recibiendo de otros, creciendo mucho pero fuera de mi casa, con otros...  Les tengo una noticia: TODAS las mamás vivimos esta dualidad...

El corazón jala hacia dos lados si bien nos va, pues a veces jala hacia muchos más...

Mientras tanto me sigo preguntando...

Fin de samana de amigos

Este fin de semana tuve la oportunidad de tener buenos encuentros con amigos de muchos años a los que veo poco por el desafortunado torbellino en que vivimos. Cuando nos vemos es como si no pasara el tiempo, claro que cada vez que lo hacemos nos vemos con más niños y un poquito más grandes... 

El viernes "Los Rubio" nos dieron la nocturna bienvenida con botana, vino tinto y niños... ¡qué rico es reir a carcajadas hasta que te duele la quijada! 

El sábado "Los Peimbert" con su cariño de siempre, las enfrijoladas, los recuerdos y la reseña de las malas rachas laborales... ¡gracias por ser los mismos a pesar del tiempo!

El domingo rica paella en el jardín con resbaladilla, "Los Sánchez y Los Galicia" actualizándonos sobre los últimos tres años, riendo, disciplinando niños y acompañando con mucho cariño a los que estrenan casa...

Este fin de semana mi corazón se nutrió de cariño, de risas relajadas y de mucho gusto, este fin de semana celebro la suerte de tener tantos y tan buenos amigos.  Celebro a todos los que son, han sido y lo serán por siempre: ¡Gracias!

¡Hermanos al fin!

Hoy el universo me confirmó que el tiempo es sabio y que la espera es de maestros... hoy pude ver que todo pasa y comienzan cosas nuevas, que todo es por y para algo, que sólo hay que esperar para contestar cada pregunta... 

Hace algunos meses cuando mi niño venía en camino, sufrí mucho por mi princesa, pues estaba enojada y confundida, mordía, pegaba, lloraba todo el tiempo y no quería que yo la soltara. Le llevó su tiempo procesar la llegada del bebé y con ello lo que se le venía encima. Para mí fue muy difícil y me culpaba todo el tiempo, pensaba: "fue demasiado pronto", "cómo volverá a ser la de antes", "qué está bien" "qué hago mal", "cómo le explico", etc...  Recuerdo ese período muy difícil para toda la familia y parecía no tener fin...   

Hoy de pronto fui testigo del milagro: ella me pidió ayudarme a darle su fruta matutina, así los senté frente a frente con sus baberos, le dí la cuchara y ella con mucho amor tomaba la fruta y se la daba en la boca a mi niño, él feliz la abría y jugaba con ella. Ella le hablaba "a ved, tu boca", "Come Papisho, come" le decía con su vocecita tierna... Me quedé observando esa hermosa relación que ya "es", el amor que hoy une a esos dos que juntos sólo suman tres años, los que ya no me necesitan para presentarlos ni ayudarles a mediar nada, mis niños ahora sí son HERMANOS... 

Me siento profundamente agradecida por ver esto, al mismo tiempo recordando a mis tres hermanos, a la que sufrió mi llegada y a los que vi llegar...

Paciencia...

Conocida virtud que aprecio mucho en las personas y que considero -o consideraba- cuento con algo de ella... ¡Oh sorpresa! En estos días me ha costado mucho trabajo mantenerme paciente, en mi centro, sin salir de mis casillas... ¡qué difícil tarea esta de la responsabilidad y de la demanda total todo el tiempo!... ¡qué difícil ser una madre, adulta, amorosa y congruente!... Dios, hay días que me dan ganas de salir corriendo y tenerme a cargo sólo a mí... La educación de los hijos mis queridos amigos es una labor de todos los días a todas horas, así que mantener el equilibrio entre los límites contundentes y ser el ogro de la casa está mu11y cañón...  me ayuda descubrirme ante ustedes con esta desesperación, reflexionar sobre esto y escribirlo... si señores, ser madre de tiempo completo es una GRAN FORTUNA y de igual manera una LABOR AGOTADORA...